En el suplemento dominical del diario EL PAIS de fecha 29 de septiembre de 2013 aparece un artículo firmado por la escritora y periodista DOÑA ROSA MONTERO, que comenta el lamentable suceso padecido por DOÑA JUANA VACAS, que como consecuencia de una aceptación de herencia, se veía obligada a pagar las deudas del asesino de su hija, que falleció “reventada a martillazos” por su marido, un fontanero alcohólico.
No puedo negar que el caso es terriblemente desagradable, y no pienso comentar nada referente a la actuación del Notario que autorizó la escritura de aceptación de herencia, realmente no lo conozco.
Pero es cierto que al hilo de los comentarios se vierten muchas acusaciones gratuitas en contra de la actividad de los notarios, que quedan resumidas en el título del artículo ¿Para qué sirven los notarios? y en la parte destacada en el artículo en el centro de la página y en negrita que dice “los notarios, si quieren servir para algo, deben de informar y defender a sus clientes.”
La utilización del condicional en esta última frase, nos da a entender que, según DOÑA ROSA MONTERO, los notarios no sirven para nada, pero si quisiesen servir para algo, deberían informar a sus clientes, con lo cual la autora dice, de manera indirecta, que en realidad no lo hacen. Añade que por no hacer nada, ya que no cumplen su trabajo, los notarios se llevan un dineral.
Realmente es bastante desafortunado el artículo de DOÑA ROSA MONTERO, y como no me siento representante de nadie lo voy a contestar en primera persona.
Doña Rosa: es manifiestamente falso que yo no hago nada, y que por no hacer nada cobro dinerales. Suelo estar todo el día en mi despacho, desde primera hora de la mañana hasta la caída de la tarde, parando a mediodía para comer y hacer algo de deporte. Todos los documentos que se firman en mi Notaría, sin excepción, antes de que vengan los clientes, ha sido supervisados por mi y en muchas ocasiones hasta redactados personalmente por mi. Las cantidades que cobro están fijadas por el Gobierno, a través de un Real Decreto, que es del año 1989 (todavía estaba Felipe González en el poder), que no ha sido objeto de ninguna actualización, salvo para corregirlos a la baja. En ningún momento he cobrado cantidad alguna por asesoramiento, actuación que suele ser muy frecuente en los tiempos que corren, y ante la insistencia de las personas que quieren pagar, les digo que dejen la voluntad, que se acumula en un bote con el cual se pagan los desayunos colectivos que hacemos en el despacho los viernes. Informo a todas las personas de las consecuencias de toda índole de la documentación que pretenden firmar, y si es necesario les advierto de las alternativas más beneficiosas, valorando todos los aspectos de las operaciones. Siempre, y más en los últimos tiempos, he aconsejado a las personas que no firmen ciertas operaciones si no lo consideraba adecuado para sus intereses, pues siempre he tenido en gran estima mi independencia, la cual puedo decir que me cuesta mucho dinero.
Como resumen, DOÑA ROSA, me siento terriblemente ofendido por su artículo, en cuyo contenido no me siento en ningún momento aludido, pues sirvo para muchas cosas y no me llevo dinerales por ello.
Buenas tardes Señor Luis de Prados Ramos : Le escribo desde esta página porque he sido incapaz de escribir una reseña en la página de Google agradeciéndole la ayuda que me ha prestado sobre el caso que le planteé . Destacar la rapidez al aceptar mi caso y su generosidad al no cobrarme su trabajo .
Muchísimas gracias .
Le saluda atentamente.
Cinta Caro