Nadie tiene el patrimonio de las lágrimas Sr. Piqué
Según dice la prensa, y así han recogido diversas cámaras de televisión, tras el encuentro que enfrentó al Barcelona con Las Palmas, el pasado día uno de octubre, Piqué (el futbolista) no pudo contener las lágrimas, por el dolor que le habían producido los lamentables hechos conocidos por todos.
Decía el señor Piqué “No ha habido ningún acto de agresión y ha tenido que venir la policía y la Guardia Civil para que eso sucediera”.
Parafraseando a Manuel Jabois, en el artículo que se puede consultar aquí, el señor Piqué se alinea con la idea de que el patrimonio de las lágrimas y del sufrimiento solamente está en un lado de la baraja, como si los demás siguiéramos con una vida plácida, congratulándonos del mal ajeno.
Sr. Pique no hay nada más alejado de la realidad, y puedo decirle que no sólo llora usted y que hay muchos otros que llevamos una enorme tristeza por lo que está sucediendo, pero que no tenemos el altavoz que deriva de ser un personaje famoso, al que todas las cámaras de TV, están esperando por cualquier tipo de declaración.
En mi entorno más cercano también hay lágrimas, y no son ni una ni dos personas, aquellas que comparten diagnóstico de la situación que vivimos, al decir que “esto” a algunos se les ha ido de las manos y que estamos en la antesala de daños mayores.
Pero si hay una realidad que creo debe saberse que existe, que está sucediendo en estos días y que constituye la expresión del medio más hostil de violencia, es la referente al señalamiento del discrepante y de la ausencia del más mínimo sentido de autocrítica.
Conozco niños, cada uno con sus diferentes grados de madurez, que puede ser superior al de algunos mayores, que el día uno de octubre, a la caída de la tarde, lloraban en sus casas, por tener que ir al colegio al día siguiente, por que sabían que iban a ser señalados por los profesores y alumnos, ya que al no ser fieles al ideario independentista, directamente les iban a hacer corresponsables de los hechos que a usted le provocaban sus lágrimas, como así sucedió.
Conozco niños, que hoy lloran al ser presionados por compañeros y profesores, para acudir a las manifestaciones, bajo el apelativo de que si no van es porque son unos fachas.
Conozco niños y mayores, que directamente, tachan de falsa cualquier tipo de información, si no procede de sus fuentes habituales.
Conozco personas, que están empezando a hacer las maletas, después de mucho tiempo trabajando y aportando en beneficio de todos, pero especialmente de los catalanes.
Señor Piqué, eso también es violencia, y sepa que también hay otra gente que llora, pero que no tiene la posibilidad de divulgarlo.
Con todo el respeto, use su posición, para buscar concordia.
Lleida a tres de octubre de dos mil diecisiete.